Pero los juegos son una parte esencial del desarrollo de cualquier perro, les ayuda a socializar más fácilmente, además de mantenerles felices y sanos. Jugar regularmente es una forma maravillosa de ayudar a los niños y los perros a crecer juntos.
Cuando los niños juegan con su perro, también aprenden acerca de la responsabilidad: se les enseña a ser amables y establecer vínculos con el miembro recién llegado a la familia. Y además de hacer que el perro practique ejercicio, los niños también pueden hacer un poco de actividad diaria jugando a juegos como el escondite, ir a buscar objetos y perseguirse.