Es una raza grande, fuerte y de aspecto noble. Los machos adultos miden entre 71 y 75 cm y pesan de 40 a 52 kg y las hembras miden entre 66 y 70 cm y pesan de 30 a 42 kg. Su manto, que es muy grueso, es de color blanco puro y la piel tiene manchas grises.
Criado durante siglos como raza guardiana, el kuvasz se muestra protector de su hogar y de sus seres queridos por naturaleza y suele desconfiar de los desconocidos. Amable y fiel a su familia, necesita un hogar en el que sus dueños tengan experiencia con perros guardianes y puedan satisfacer sus necesidades específicas.
La del kuvasz húngaro es una raza antigua. De hecho, los arqueólogos han encontrado el esqueleto de un tipo de perro similar en Hungría que se cree que vivió en el siglo IX. El kuvasz, que usaban los magiares nómadas para proteger sus rebaños, trabajaba en condiciones muchas veces duras en las regiones montañosas del país. En el siglo XV, la raza comenzó a ponerse de moda entre la nobleza por lo apreciado que era por el rey Matías Corvino, que obsequiaba con cachorros de kuvasz como regalo real, aunque la función principal de la raza a lo largo de su historia ha sido siempre la de guardián de ganado.
