El británico de pelo corto es una raza relativamente grande que podría describirse como gruesa o fornida. Tiene muchos contornos redondeados: la cara y las mejillas, las orejas, los ojos y la cabeza. La trufa, corta y ancha, descansa sobre un mentón fuerte y profundo, lo que unido a su pecho y su cola corta y gruesa le convierten en un gato fuerte y robusto. El pelaje, corto y denso sin ser esponjoso, puede presentar más de cien combinaciones distintas de colores y dibujos.
El británico de pelo corto puede ser propenso a sufrir:
Pruebas disponibles:
Los británicos de pelo corto con los «gigantes bonachones» del mundo felino. Son amables y cariñosos con los humanos y con los demás animales. Los británicos de pelo corto no piden una atención humana constante y son más tranquilos que sus congéneres orientales; además, tampoco comparten esa naturaleza curiosa que lleva a muchas razas orientales a meterse en problemas.
País de origen: Gran Bretaña
El británico de pelo corto es, con diferencia, la raza felina de pedigrí más conocida en el Reino Unido. Aunque solo hay registros escritos de la existencia del británico de pelo corto desde inicios de siglo, la raza se remonta cientos de años. Se exportó en grandes cantidades al Nuevo Mundo, donde se hizo muy popular. La diversidad de colores y dibujos en el pelaje que hay actualmente se debe a la reproducción selectiva de los mejores gatos callejeros durante el siglo XIX y a los cuidados planes de reproducción mantenidos hasta la actualidad.
