La mayoría de los gatos son amantes del hogar, por lo que viajar con ellos a cualquier otro lugar puede estresarlos. Algunos viajes son inevitables, por lo que cuando viajes con gatos es importante saber cómo puedes hacer que tu amigo felino se sienta cómodo.
La mayoría de los gatos son amantes del hogar, por lo que viajar con ellos a cualquier otro lugar puede estresarlos. Cuando viajes con gatos es importante saber cómo puedes hacer que tu amigo felino se sienta cómodo. Hemos reunido algunos consejos sobre cómo viajar con gatos para que todo transcurra sin problemas.
Viajar en coche con un gato
Saber cómo viajar con gatos en el coche es el punto de partida más útil. Si te sientes seguro, tienes el control de la situación y sabes cómo mantener a tu gato tranquilo, el viaje puede estar relativamente libre de estrés para ambos.
El elemento más importante de tu equipaje, aparte de tu gato, por supuesto, es un transportín para gatos. Nunca dejes que tu gato viaje suelto en el coche: podría distraer al conductor, por lo que es más seguro para todos si está sujeto; además podría escapar fácilmente en cuanto se abra alguna de las puertas o ventanas del coche.
Como tendrá que permanecer en su transportín durante todo el viaje, asegúrate de que este sea resistente, seguro, fácil de limpiar (en caso de accidentes) y lo suficientemente grande para tu gato. Puedes comprar una cesta de plástico, con malla de alambre o de mimbre, pero no caigas en la tentación de utilizar una caja de cartón, ya que se volverá endeble y se hará pedazos si tu gato orina en ella. Aunque pueda parecer que lo mejor para nuestro gato es el transportín de mayor tamaño disponible, algunos gatos prefieren sentirse cómodos y un espacio demasiado grande podría hacerlos sentir inseguros. Por supuesto, tampoco querrás que tu preciada carga sienta estrecheces, así que elige con cuidado.
Si introduces a tu gato en su nuevo transportín en el último minuto, quizá reaccione con mucha ansiedad y angustia; cada gato es diferente, pero a muchos no les gustará que los obliguen a ir en una caja cuando no tienen la más mínima intención de hacerlo. Para que tu gato se acostumbre a su transportín, preséntaselo con mucha antelación. Cuanto más tiempo tenga para familiarizarse con él, más contento estará de quedarse en su interior cuando comience su viaje. Una buena forma de habituar a tu gato a un transportín es dejarlo abierto en el suelo días o incluso semanas antes de tu viaje. Una cama suave, unas deliciosas golosinas de hierba gatera y unos aromas familiares lo harán acogedor y agradable; de este modo, tu gato se sentirá en él como en casa y lo verá como un espacio seguro. Los transportines de plástico de los que se usan para viajes en avión se pueden desmontar, una invitación para que los gatos curiosos salten a su interior y exploren.
Cuando tienes organizado el transportín, ya has dado el primer paso para un viaje seguro con tu gato.
Compra feromona felina en tu veterinario o tienda de mascotas y rocíala en el interior del transportín antes de meter dentro a tu gato; ayudará a mantenerlo tranquilo. Pon su mantita preferida o su juguete favorito en el transportín para que le resulte lo más acogedor posible.
Habitúa a tu gato a los viajes en coche poco a poco, tal vez comenzando con una vuelta a la manzana. Avanza lentamente con viajes cada vez más largos, recompensándolo siempre después con atención y golosinas. Lo ideal es empezar este adiestramiento cuando aún es un gatito, para que se acostumbre desde pequeño. Puede que tu gato se haga oír al principio, pero, por lo general, se irá calmando durante el trayecto.
Si sabes que tu gato es un viajero especialmente nervioso, pero tienes que llevarlo a algún lugar en coche, habla con tu veterinario antes de partir. Es posible que puedan recetarle algún medicamento para mantenerlo relajado.
- No des nada de comer a tu gato una o dos horas antes del viaje. Si tiene el estómago lleno podría marearse y hacer que aborrezca aún más la perspectiva de futuros viajes.
- Cuando viajes con un gato en el coche, coloca el transportín donde no pueda distraer al conductor y en algún lugar cómodo, de forma que se mantenga en su posición si hay un frenazo repentino. También es conveniente poner un empapador debajo de su cesta por si sufre un percance.
- Hablando de percances, no te olvides de llevar toallitas de papel, bolsas de basura de plástico y un desinfectante apto para mascotas: ¡más vale prevenir que curar!
- Si utilizas un transportín metálico de rejilla que permite a tu gato ver por todos lados, puede que le resulte más tranquilizador si lo cubres con una manta o un paño; dará a su jaula el aspecto de una guarida.
- Procura que tu gato no tenga ni demasiado calor ni demasiado frío. Cuando hayas comprobado que está seguro en su transportín, puedes abrir un poco la ventana del coche para proporcionarle un poco de aire fresco. No dejes nunca a tu gato en el coche en un día caluroso, ni siquiera durante unos minutos. Los coches se calientan más rápido de lo que piensas, incluso en días relativamente templados, y no vale la pena poner en riesgo a tu gato.
- Si estás planeando un viaje largo en coche, digamos dos horas o más, quizá debas pensar en un transportín 2 en 1 que incluya un arenero y no te olvides de poner un cuenco o botella de agua. Si, por cualquier motivo, necesitas abrir el transportín durante el viaje, asegúrate de haber cerrado primero todas las ventanas y puertas del coche; no querrás que tu gato se escape, sobre todo en un lugar extraño.
Viajar en avión con gatos
No es muy probable que viajes mucho en avión con tu gato. Cuando tengas que hacerlo, ya sea por vacaciones o porque te mudas, hará falta mucha planificación para poder llevarlo contigo.
Antes de reservar tu vuelo, debes investigar y tomar algunas medidas:
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Lo primero que debes hacer es visitar el sitio web del Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (DEFRA) para conocer los requisitos de entrada al país al que tienes pensado ir.
- Acude a tu veterinario con suficiente antelación (como mínimo, de 7 a 8 meses antes del viaje), ya que es posible que tu amigo peludo necesite tener algunas vacunas o certificados específicos para el país al que vas a ir. Algunos países también solicitan un certificado sanitario de tu veterinario 24-48 horas antes de viajar.
- Habla con alguien de la aerolínea para averiguar cuáles son sus políticas concretas sobre el transporte de gatos en un avión. Pregunta concretamente dónde estará tu gato durante el viaje (lo más probable es que esté en la bodega de carga), qué tipo de reglamentos debe cumplir su transportín, con qué frecuencia se entregará la comida y si tienen alguna norma sobre la edad o el estado médico de los gatos. No recomendamos (y de hecho puede que ni siquiera esté permitido) viajar con gatos menores de 3 meses, gatos ancianos, gatas preñadas o gatos con problemas de salud.
- Si tienes pensado viajar al extranjero con más de un gato, es recomendable que cada uno vaya en su propio transportín. ¡Incluso los mejores amigos pueden sacarse de quicio durante un vuelo largo!
- Asegúrate de que la aerolínea sepa que quieres viajar con un gato y pídeles consejo. El sitio web de la IATA también proporciona información útil para los dueños de mascotas.
- Intenta viajar en un vuelo lo más directo posible para evitar que haya que cambiarlo de avión y piensa también en el horario del vuelo para evitar llegar a una hora del día en la que haga mucho calor o mucho frío.
- Algunos vuelos no están autorizados para transportar animales, así que comprueba que viajarás en el mismo avión que tu mascota.
- Aunque estés ocupado terminando de hacer las maletas, no olvides algunas cosas prácticas que debes hacer para prepararte para el viaje en avión de tu gato:
- Si necesitas un certificado médico o te preocupa cómo afrontará tu gato el viaje, consulta a tu veterinario unos días antes de viajar.
Si te recomiendan sedación, puede que haya que hacerle pruebas a tu gato para detectar efectos secundarios antes de viajar (la sedación puede afectar a la forma en que un gato afronta los cambios de temperatura, por lo que en realidad podría agitarlo más y ser peor el remedio que la enfermedad).
- Comprueba que la información del billete de tu gato se corresponde exactamente con la información que aparece en el tuyo. Si no es así, habla con la aerolínea de inmediato.
- Prepara el transportín y márcalo claramente tanto con la información de tu gato como con la información de tu vuelo. Adjunta un horario de alimentación para un periodo de 24 horas por si, por cualquier motivo, no llegáis ambos al mismo lugar a la misma hora.
- Compra una etiqueta de identificación temporal para el collar de tu gato en la que se indique tu dirección en el lugar de destino y los números de contacto en caso de urgencia. Tu gato debe llevarla durante el viaje y mientras permanezca en el extranjero.
- Por último, también hay cosas que puedes hacer para que el viaje sea más cómodo para tu gato:
- Acostúmbralo a su transportín dejándolo en sus lugares favoritos de la casa con una cama confortable y algunas deliciosas golosinas en su interior.
- Si vuelas con un gato, llega al aeropuerto con antelación para estar relajado. Lo ideal es que tu gato haya comido antes (se recomienda darle de comer entre 2 y 4 horas antes del viaje para que no se maree), haya usado su arenero y esté cómodamente instalado para el viaje que le aguarda.
Llevar a tu gato en un avión o viajar con gatos en el coche puede resultar estresante, pero cuanto mejor te prepares y más relajado estés, más cómodo estará tu gato.