Primero, es fundamental que verifiquemos las materias primas cuando llegan a la fábrica, tomando una muestra de cada entrega, para asegurarnos de que nuestros proveedores cumplen con los estándares de calidad requeridos. Solo las materias primas que cumplen nuestros estrictos criterios de calidad son aceptadas en la fábrica.
Luego, durante la fase de producción, tomamos muestras de productos semielaborados a intervalos regulares, para verificar que no haya irregularidades.
Ningún producto sale de una fábrica sin ser muestreado. Todos los días, equipos de expertos evalúan la calidad de nuestros productos para comprobar que no haya desviaciones de los requisitos cualitativos, como la consistencia, el color o el aroma.