Como sucede con muchas razas, el labrador puede sufrir diversos trastornos oculares hereditarios, displasia de cadera y codo (una enfermedad que puede provocar problemas de movilidad). Por tanto, es importante un examen de la cadera y de los ojos antes de dedicar al perro a la crianza.
- Perro apto para dueños sin experiencia
- Se requiere un adiestramiento básico
- Le gustan los paseos enérgicos
- Le gusta pasear más de dos horas al día
- Perro grande
- Babeo mínimo
- Requiere aseo cada dos días
- Raza no hipoalergénica
- Perro expresivo y ladrador
- No es un perro guardián
- Convive bien con otras mascotas
- Perro familiar
Al igual que muchas otras razas, el labrador puede sufrir:
- Displasia de cadera
- Displasia de codo
- Atrofia retiniana progresiva, que es un trastorno hereditario en el que parte del ojo degenera y se consume, lo que puede provocar ceguera.
- Displasia retiniana multifocal, que es una dolencia ocular hereditaria que puede afectar gravemente a la visión del perro.
- Displasia total de retina, que es una dolencia en la que la parte posterior del ojo no se desarrolla correctamente y puede ocasionar ceguera total.
- Distrofia del epitelio pigmentario de la retina, que consiste en la formación de depósitos en el ojo que pueden dañarlo y provocar ceguera con luz tenue.
- Cataratas hereditarias, que se producen cuando el cristalino del ojo se vuelve opaco, lo que puede provocar ceguera.
- Parálisis laríngea, que se produce cuando se desarrolla daño nervioso en las cuerdas vocales, lo que puede provocar problemas de respiración.
- Epilepsia1, que es una dolencia en la que una función cerebral anómala puede provocar crisis epilépticas que dañen el cerebro.
- Miopatía centronuclear, una enfermedad en la que el perro no tiene suficientes fibras musculares, lo que le provoca debilidad muscular.
- Síncope inducido por ejercicio, que consiste en problemas con la comunicación nerviosa durante el ejercicio que pueden ocasionar un síncope.
- Displasia esquelética, que es una forma de enanismo, puesto que los huesos largos dejan de crecer antes de que hayan terminado de desarrollarse.
- Paraqueratosis nasal hereditaria, una dolencia que afecta a las células de la trufa que hace que esta se reseque e inflame.
Programas de salud y análisis prioritarios según el club de criadores del Reino Unido:
- Programa de detección de displasia de cadera
- Programa de detección de displasia de codo
- Examen ocular
¹ L. Kearsley-Fleet et al., 'Prevalence and risk factors for canine epilepsy of unknown origin in the UK', Jan 2013, Veterinary Record
Personalidad
El labrador es, sin lugar a duda, una de las tres razas preferidas a la hora de escoger una mascota para la familia... siempre que te gusta el ejercicio, claro. Son afables, tranquilos y cariñosos con todo el mundo. Son unos animales sociables y flexibles que se llevan bien con otros animales y con los niños, con los que muestran paciencia e indulgencia. Aun así, conviene no abusar de eso en extremo. Son enormemente fieles y les encanta sentirse incluidos en la familia, a todos los niveles. Ladrarán para advertir de la presencia de desconocidos, pero saldrán a recibirlos con los brazos abiertos.
Origen
La raza no se originó en la península de Labrador, sino en las costas de Terranova en el siglo XVII. Se los entrenaba para llevar las redes a los pescadores a través de las aguas heladas y, a principios del siglo XIX, llegaron a Poole Harbour (Gran Bretaña). Eran tan bonitos que a los pescadores les llovían las ofertas de los ingleses para comprarlos. La raza se adaptó inmediatamente a la caza con escopeta. El conde de Malmesbury se quedó prendado de estos perros, conocidos en la época como perros de agua de San Juan, y empezó a criarlos con el nombre de labrador.