El síndrome de Cushing en perros
El síndrome de Cushing en perros puede asustar cuando recibes el diagnóstico, pero con un buen seguimiento veterinario muchos perros siguen disfrutando de una buena calidad de vida durante años. En este artículo te contamos, paso a paso, qué es el Cushing en perros, qué síntomas puedes notar en casa y cómo se diagnostica siempre pensando en su bienestar.
¿Qué es el síndrome de Cushing en perros?
El síndrome de Cushing en perros, también llamado hiperadrenocorticismo, es una enfermedad en la que el organismo produce un exceso de cortisol, una hormona relacionada con el estrés, el metabolismo y muchas funciones del cuerpo.
Cuando hay demasiado cortisol circulando de forma continuada, el cuerpo del perro se “desajusta”, cambian su apetito, su forma de beber, su peso, su piel y hasta su comportamiento. Por eso se considera una enfermedad sistémica, es decir, que afecta a todo el organismo.
De forma sencilla, hay tres grandes tipos de Cushing en perros:
- Cushing “espontáneo” de origen hipofisario: un pequeño tumor en la hipófisis (en el cerebro) estimula en exceso las glándulas suprarrenales para producir cortisol.
- Cushing de origen suprarrenal: un tumor en una de las glándulas suprarrenales fabrica demasiado cortisol.
- Cushing iatrogénico: aparece cuando el perro recibe corticoides durante mucho tiempo o a dosis inadecuadas.
En todos los casos, el diagnóstico y el tratamiento deben estar siempre en manos de tu veterinario.
¿Qué perros tienen más riesgo de padecer Cushing?
El síndrome de Cushing puede aparecer en perros de distintas razas, pero es más frecuente en perros de mediana y avanzada edad. Muchos tutores lo descubren durante una revisión rutinaria o un chequeo de perro senior.
Algunos factores que pueden aumentar el riesgo son:
- Edad avanzada.
- Tratamientos prolongados con corticoides.
- Presencia de otras enfermedades hormonales, como la diabetes en perros, que también es más frecuente en perros mayores.
Aunque existen razas en las que se describe con mayor frecuencia, cualquier perro puede desarrollar la enfermedad, por lo que es importante acudir al veterinario si detectas cambios en su comportamiento o hábitos diarios.
¿Qué síntomas pueden hacerte sospechar de Cushing en tu perro?
Los signos del síndrome de Cushing en perros suelen aparecer de forma lenta y progresiva. A veces se confunden con un “simple” envejecimiento, por lo que es importante observarlos con atención. Algunos de los más habituales son:
- Bebe y orina mucho más de lo normal.
- Apetito aumentado: parece tener siempre hambre.
- Barriga más redondeada o “colgante”, con un aspecto abombado.
- Pérdida de pelo en tronco y flancos, con cabeza y extremidades a menudo más conservadas.
- Piel fina, frágil o con tendencia a tener heridas o infecciones.
- Jadeo excesivo, incluso en reposo.
- Menos ganas de moverse, debilidad muscular o cansancio fácil.
En algunos casos también pueden aparecer infecciones recurrentes (por ejemplo, urinarias o cutáneas) o cambios de comportamiento asociados a la incomodidad.
¿Cuándo debes acudir al veterinario con urgencia?
Es importante pedir cita cuanto antes si notas cambios que no encajan con la actividad habitual de tu perro. Señales como pérdida de peso marcada, vómitos o diarrea persistentes, letargo intenso o jadeo muy acusado requieren atención profesional.
Ante cualquier duda, lo más seguro es consultar con tu veterinario o acudir a una clínica de urgencias.
¿Qué tratamientos existen para el Cushing en perros?
El tratamiento siempre es individual y depende del tipo de Cushing y del estado del perro, tu veterinario te explicará las opciones que mejor se adapten a tu caso.
La mayoría de los perros reciben medicación diaria para controlar la producción de cortisol. Requiere controles periódicos para ajustar la dosis y lo más seguro es no modificar la medicación sin indicación veterinaria.
¿Cómo puedes cuidar en casa a un perro con Cushing?
Los cuidados diarios ayudan mucho a mantener su bienestar. Lo ideal es ofrecerle una alimentación equilibrada, controlar su peso, adaptar el ejercicio a su energía diaria y mantener una rutina estable para comidas y medicación.
Las revisiones periódicas serán clave, especialmente si es un perro senior, y puedes apoyarte en nuestros recursos y consejos de salud para perros para facilitarle el día a día.