¿Es necesario desparasitar a un gato? Esta cuestión suele surgir cuando llega un gato a casa. La respuesta es positiva, lo mejor para tu mascota es que sea desparasitada para que tenga una vida más tranquila y saludable.
Desparasitar a tu gato significa ayudarle a que esté más protegido contra agentes externos que puedan vivir en él, sea de modo cutáneo o en su aparato digestivo. Desgraciadamente, un gato puede sufrir Parásitos durante mucho tiempo y no mostrar ningún síntoma en un largo plazo, hasta que finalmente se vuelve visible el problema. Por eso, la prevención es esencial.
El abanico de Parásitos que pueden afectar es variado. Los problemas que suelen generar estos Parásitos pueden ser leves y fácilmente subsanables, pero también existen otros más agresivos y, algunos, mortales.
¿CÓMO PUEDE CONTRAER PARÁSITOS UN GATO?
Aunque un gato callejero tiene muchas más posibilidades de ser víctima de Parásitos, no hay que pensar que un gato doméstico está exento de poder cogerlos.
Los insectos son un medio de transmisión de Parásitos de lo más común y pueden acceder a cualquier casa. Sobre todo, suelen ser transmisores Parásitos intestinales. Una fuente de problemas habitual también son los huevos de lombrices que se asientan en espacios sucios de la casa donde los gatos acostumbran a husmear.
Entre las fuentes transmisoras también están las pulgas, que pueden ser traídas accidentalmente a muchos hogares y podrían servir como caldo de cultivo perfecto para un problema de estas características. Y, cómo no, los animales son los portadores de Parásitos perfectos: las mascotas se rozan, huelen o juegan entre ellas. Si el gato interactúa con otro animal que está infectado, probablemente él también será víctima de este problema.
Por último, un motivo más para cuidar la alimentación de nuestros compañeros es evitar los Parásitos que puede contener la alimentación en mal estado. Esto ocurre sobre todo cuando los gatos ingieren comida que no es para ellos o que encuentran fuera del hogar.
¿Cuándo desparasitar a un gato?
Las mascotas necesitan ser desparasitadas de forma periódica.
Los tratamientos de desparasitación de gatos a día de hoy son seguros, sencillos de administrar y no les debería causar molestias. Aunque pueden ser de distintos tipos, lo mejor es consultar al veterinario, ya que hay muchos factores que determinan cada cuánto se desparasita un gato y cómo hacerlo.
Lo aconsejable es que empezar a desparasitar al gato desde bien pequeño. Los gatos con pocos meses tienen menos protección ante agentes externos y algunos Parásitos pueden afectar a su crecimiento de forma importante.
En definitiva, la desparasitación de gatos es habitual y recomendable.
Síntomas de un gato con parásitos
Hay tantas clases de Parásitos que es difícil acotar los síntomas de los problemas que pueden causar. Estos pueden ser cutáneos, digestivos o de comportamiento.
Estos son algunos de los síntomas más comunes:
- Diarreas y vómitos.
- Inflamaciones estomacales.
- Pérdida de peso.
- Estreñimiento.
- Deshidratación.
- Anemia.
- Apatía o tristeza.
¿Cómo desparasitar a un gato?
La desparasitación de gatos puede ser de dos tipos. La primera es cuando el gato ya está sufriendo un problema de Parásitos y necesita un tratamiento. En ese caso, será el veterinario el que le recete un producto o antibiótico adecuado para él. Puede necesitar un tratamiento u otro dependiendo de la gravedad, localización, tipo de parásito y problemas que le esté causando.
El segundo tipo de desparasitación, es la desparasitación preventiva. En ese caso, puede que el propio veterinario administre un producto durante una de las visitas rutinarias o vacunaciones o que simplemente debas administrárselo tú mismo.
Se pueden encontrar multitud de productos para desparasitar gatos. Existen de solución interna, como pastillas y jarabes; o los llamado externos: collares, sprays, pipetas… Debería ser el mismo veterinario el que te recomiende uno u otro dependiendo de cómo valore el estado y las necesidades de tu gato.
Piensa que utilizar métodos preventivos es la mejor manera de evitar posibles problemas que lo hagan enfermar o deterioren su calidad de vida.