El galgo suele ser una raza relativamente sana con pocos problemas de salud conocidos.
- Perro apto para dueños con algo de experiencia
- Se requiere algo de adiestramiento
- Le gustan los paseos activos
- Le gusta pasear una hora al día
- Perro grande
- Babeo mínimo
- Requiere aseo una vez por semana
- Raza no hipoalergénica
- Perro tranquilo
- No es un perro guardián
- Puede necesitar entrenamiento para vivir con otras mascotas
- Perro familiar
El galgo puede ser propenso a sufrir:
- - Dilatación y vólvulo gástrico.
- - Problemas dentales, como caries y pérdida de piezas dentales.
- - Osteosarcomas1, un tipo grave de cáncer de huesos.
- - Neuropatía del galgo, una enfermedad hereditaria que provoca debilidad muscular.
- - Hipertermia maligna, una dolencia grave que se caracteriza por un aumento repentino de la temperatura corporal y rigidez muscular.
- - Miocardiopatía dilatada2, una enfermedad en la que el músculo cardíaco se debilita progresivamente y no late correctamente.
Programas de salud y análisis prioritarios según el club de criadores del Reino Unido:
- Ninguno, pero hay algunos programas recomendados por el club de criadores que pueden encontrarse aquí.
1J. T. Caro et al., 'Markers of iron metabolism in retired racing Greyhounds with and without osteosarcoma', sept. 2013, Veterinary Clinical Pathology
2J. Dukes-McEwan, 'Proposed Guidelines for the Diagnosis of Canine Idiopathic Dilated Cardiomyopathy', nov. 2003, Journal of Veterinary Cardiology
Personalidad
Estos perros son tranquilos y sociables en interiores y pueden mostrarse bastante vagos, incluso. Son perros sensibles que pueden ser mascotas ideales si tienen el dueño adecuado. Aunque son tranquilos por naturaleza, su instinto innato de caza sigue presente; su propietario debe estar dispuesto a asumir las responsabilidades que conlleva la raza. Son cariñosos con su familia, pero suelen ser distantes con los extraños. Suelen llevarse bien con los demás perros de la casa, pero los dueños de gatos deben extremar las precauciones.
Origen
El galgo es uno de los perros más apreciados: los faraones y otros reyes asiáticos y africanos tenían imágenes de este tipo de perros grabadas en sus tumbas desde el 4000 a. C. Se usaban para cazar antílopes, lobos y ciervos y llegaron a ser muy populares. Se extendieron por Oriente Próximo y Europa y, en algún momento, acabaron llegando a Gran Bretaña, donde se convirtieron en un símbolo de estatus. De hecho, tanto es así que en 1016 solo la élite podía permitirse tener un galgo. Se les utilizaba para cazar liebres y, más tarde, para hacer carreras, donde demostraron una vez más ser los perros más rápidos del mundo. En realidad, en el reino animal solo el guepardo puede superarlos en velocidad.