Al igual que muchas otras razas, el perro de agua portugués puede sufrir displasia de cadera (una enfermedad que puede provocar problemas de movilidad). Por tanto, es importante un examen de la cadera y de los ojos antes de dedicar al perro a la crianza. También se le deberá hacer una prueba de ADN para comprobar que no padece una cardiopatía congénita poco común pero grave que se observa en esta raza.
- Perro apto para dueños con experiencia
- Se requiere algo de adiestramiento
- Le gustan los paseos enérgicos
- Le gusta pasear más de dos horas al día
- Perro mediano
- Babeo mínimo
- Requiere aseo cada dos días
- Raza hipoalergénica
- Perro expresivo y ladrador
- Perro guardián. Ladra y está alerta
- Puede necesitar entrenamiento para vivir con otras mascotas
- Perro familiar
Personalidad
El perro de agua portugués es activo y de buen carácter, además es audaz y aprende muy rápido. Atento y fiel, es un estupendo perro guardián para su hogar y, aunque tiende a ser muy terco si no se le motiva correctamente, suele obedecer fácilmente a sus seres queridos.
Origen
La primera mención a un perro de pelaje negro y greñudo parecido a lo que conocemos en la actualidad como un perro de agua portugués, se remonta al siglo XII. Entonces se criaban para ayudar a recuperar las redes de los pescadores y para ayudarlos con otras tareas acuáticas, como llevar las redes a otro barco. También vigilaban el barco cuando era necesario. En la década de los sesenta descendieron en número, debido a un cambio de las técnicas de pesca, que los hacía menos necesarios y llegaron a considerarse perros de pedigrí muy poco común. Aun así, el reciente interés por esta raza como perro de concurso y compañero para la familia, ha ido reemplazando su tradicional uso pesquero.