El terrier tibetano suele gozar de buena salud. Sin embargo, al igual que muchas otras razas, puede sufrir trastornos oculares hereditarios y displasia de cadera (una enfermedad que puede provocar problemas de movilidad). Por tanto, es importante un examen de la cadera y de los ojos antes de dedicar al perro a la crianza. Como ocurre con muchas razas pequeñas, puede padecer desplazamientos temporales de la rótula (luxaciones de rótula).
- Perro apto para dueños sin experiencia
- Se requiere un adiestramiento básico
- Le gustan los paseos activos
- Le gusta pasear una o dos horas al día
- Perro pequeño
- Babeo mínimo
- Requiere aseo diario
- Raza no hipoalergénica
- Perro muy ladrador
- Perro guardián. Ladra y está alerta
- Puede necesitar entrenamiento para vivir con otras mascotas
- Perro familiar
Personalidad
Este perro bonachón, alegre y sociable está siempre alerta y le encanta jugar. Se muestra reservado con los desconocidos, pero es muy leal y cariñoso con sus seres queridos. El terrier tibetano es un compañero muy divertido e inquieto, de carácter exuberante y que puede convertirse en magnífico perro para la familia.
Origen
Aunque se le llame terrier, este perro no se ha usado como el típico terrier para perseguir una presa. El terrier tibetano normalmente cuidaba del ganado y, cuando era necesario, lo protegía también. Considerado como un animal sagrado en el Tíbet, este perro vivía en los monasterios de ese país y les hacía compañía a los monjes. Empezó a llamar la atención de Occidente cuando, en 1922, regalaron un cachorro de terrier tibetano a Agnes Greig, una doctora británica que trabajaba en la India, en agradecimiento por haberle salvado la vida a una mujer tibetana.