Como sucede con muchas razas, el cairn terrier puede sufrir diversos trastornos oculares hereditarios, displasia de cadera y codo (una enfermedad que puede provocar problemas de movilidad). Por tanto, es importante un examen de la cadera y de los ojos antes de dedicar al perro a la crianza. Como ocurre con muchas razas pequeñas, puede padecer desplazamientos temporales de la rótula (luxaciones de rótula) y otro tipo de afecciones de cadera.
- Perro apto para dueños con experiencia
- Se requiere algo de adiestramiento
- Le gustan los paseos activos
- Le gusta pasear una hora al día
- Perro pequeño
- Babeo mínimo
- Requiere aseo una vez por semana
- Raza no hipoalergénica
- Perro expresivo y ladrador
- Perro guardián. Ladra y está alerta
- Puede necesitar entrenamiento para vivir con otras mascotas
- Puede necesitar entrenamiento para vivir con niños
Personalidad
Con adiestramiento, esta raza alegre, alerta, vivaracha y extrovertida se llevará a las mil maravillas con los niños. También se lleva bien con otros perros, aunque algunos querrán hacerse con el territorio. Aun así, debe enseñársele de joven a aceptar a los gatos u otros animales de compañía, para evitar que les den caza de mayores. Pueden ser perros independientes y muy tozudos, por lo que es fundamental entrenarlos de forma coherente y tranquila.
Origen
Los cairn terriers son originarios de las islas del oeste de Escocia, en concreto de la isla de Skye, donde se conocen desde principios del siglo XVI. Esta raza recibe su nombre de los montículos de rocas (cairns en inglés) que se colocaban para marcar una delimitación o una tumba. Estas rocas se convirtieron en el escondite favorito de los zorros y otras alimañas, y al pequeño pero valiente cairn terrier se le encomendaba la tarea de acabar con ellos. De la amplia variedad de perros tipo terrier, acabaron emergiendo poco a poco cuatro razas principales: el cairn, el Skye, el West Highland white y el escocés.