Como sucede con muchas razas, el mastín napolitano puede sufrir diversos trastornos oculares hereditarios, displasia de cadera y codo (una enfermedad que puede provocar problemas de movilidad). Por tanto, es importante un examen de la cadera y de los ojos antes de dedicar al perro a la crianza. También son especialmente proclives a las infecciones de piel.
- Perro apto para dueños con experiencia
- Se requiere un adiestramiento extra
- Le gustan los paseos activos
- Le gusta pasear una hora al día
- Perro gigante
- Babeo mínimo
- Requiere aseo cada dos días
- Raza no hipoalergénica
- Perro expresivo y ladrador
- Perro guardián. Ladra, está alerta y tiene aspecto protector
- Puede necesitar entrenamiento para vivir con otras mascotas
- Puede necesitar entrenamiento para vivir con niños
Personalidad
Como, en esencia, se trata de una raza de perros guardianes, el mastín napolitano permanece vigilante en todo momento. De carácter apacible, es muy fiel a sus seres queridos, aunque un poco distante. Por la tendencia natural que tiene a la protección, es fundamental socializarlo desde una edad temprana y necesita unos dueños experimentados. Si ha crecido junto a otro perro, no tendrá ningún problema en convivir con otro, aunque es mejor que sea del sexo opuesto. Recomendamos que, antes de adquirirlo, se tengan muy en cuenta los elevados costes de mantener a un perro de este tamaño.
Origen
El mastín napolitano procede del antiguo moloso, una antigua raza de perros grandes y feroces que empleaban los romanos. Se cree que se usaba en los espectáculos de los anfiteatros y también como feroz perro guerrero. El mastín napolitano se ha empleado también como perro policía, más allá de su función fundamental de perro guardián. Se dice que, cuando trabajaba en las fincas napolitanas, reconocía instintivamente los linderos que se le encomendaba proteger y se le dejaba suelto para desplazarse libremente por ellos.