Lancashire Heeler

El Lancashire heeler es un perro amistoso que se lleva bien con la gente. Algunos pueden ser un poco nerviosos y algo intolerantes con otros perros. Es necesario acostumbrarlos desde pequeños a las personas y a otras mascotas. Son perros ideales para familias activas con niños mayores, pero no se recomienda como primer perro para hogares con bebés o niños pequeños.

La historia del Lancashire heeler está rodeada de cierto misterio. Se sabe que existe desde el siglo XVII, en que ya se usaba como perro de granja y para guiar al ganado; también aprovechaban su instinto de caza para atrapar conejos y ratas. Se cree que procede de cruces entre el corgi galés y el Manchester terrier.

El Lancashire heeler puede desarrollar algunas enfermedades hereditarias de la vista, por lo que se recomienda realizar pruebas oculares. Como ocurre con muchas razas pequeñas, puede padecer desplazamientos temporales de la rótula (luxaciones de rótula).

El Lancashire heeler disfruta con el ejercicio y es ideal para personas activas. Se adapta tanto a un entorno rural como urbano, pero necesita tener espacios seguros al aire libre en los que hacer ejercicio. Si tiene acceso al jardín, debe haber alguna especie de protección contra fugas porque tratará de escaparse saltando por la valla o escabullirse por cualquier agujero que encuentre. Un perro adulto necesita aproximadamente una hora de ejercicio al día.

Los perros pequeños tienen un metabolismo rápido, lo que significa que queman energía a un ritmo muy alto. Con un estómago tan pequeño, esto implica que deben comer poco pero a menudo. Los alimentos para razas pequeñas están específicamente ideados con proporciones adecuadas de nutrientes clave y unos granos de pienso de menor tamaño que se adapten a bocas más pequeñas. Esto, además, estimula la masticación y mejora la digestión.

Es bastante fácil de peinar, ya que tiene el pelo bastante corto y liso. Para mantenerse pulcro bastará con un guante de goma y algún peinado ocasional.

Aunque tradicionalmente la mayoría de perros son buenos con los niños, todos los perros y niños necesitan que se les enseñe a llevarse bien y a respetarse mutuamente para estar seguros. Aun así, los perros y los niños pequeños nunca deberían quedarse solos y los adultos deben supervisar todas las interacciones entre ellos.