El lobero irlandés tiene una esperanza de vida más corta que la de la mayoría de las razas y los problemas de salud más graves a los que muestra predisposición son un tipo agresivo de cáncer de huesos y cardiopatías. Otros trastornos hereditarios reconocidos son enfermedades del hígado y de la vista, aunque las pruebas de detección rutinarias unos programas de reproducción más cuidadosos han conseguido que estos trastornos sean relativamente infrecuentes.
- Perro apto para dueños con algo de experiencia
- Se requiere algo de adiestramiento
- Le gustan los paseos activos
- Le gusta pasear una hora al día
- Perro gigante
- Babeo mínimo
- Requiere aseo cada dos días
- Raza no hipoalergénica
- Perro expresivo y ladrador
- No es un perro guardián
- Puede necesitar entrenamiento para vivir con otras mascotas
- Puede necesitar entrenamiento para vivir con niños
Personalidad
Amable y amistoso, el lobero irlandés es el gigante bonachón del mundo de los perros, aunque los cachorros y los adultos jóvenes son enérgicos y bulliciosos y puede que no sean ideales para una familia con niños pequeños. Se llevan bien con otros perros, aunque algunos pueden sentirse intimidados por su tamaño. Su enorme tamaño hace que no sean adecuados para muchas familias, pero aquellas que puedan satisfacer sus necesidades encontrarán a un compañero entregado.
Origen
El lobero irlandés pertenece a una raza antigua. Se ha documentado la presencia de grandes perros lobo en Irlanda hace más de 2000 años. Perros de reyes y nobles, los loberos irlandeses tienen una historia larga y fascinante, ya que se han usado como perros de guerra (tiraban a los guerreros de sus caballos o carros) y como cazadores de lobos. El último lobo fue cazado en Irlanda en 1786 y la popularidad de la raza empezó a decaer, algo que acentuó la Gran Hambruna de 1840, pero algunos entusiastas de esta raza lograron recuperarla.