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Gato descansando en el regazo de su dueño

Consejos para un embarazo saludable de tu gata

6 min de lectura

Como responsable de una gata, puedes ayudar a tu mascota a mantenerse lo más sana posible durante la gestación. En Purina encontrarás consejos, asesoramiento e información sobre el cuidado de la gata gestante.

Un aporte adicional de proteínas y energía mantendrá a tu gata fuerte durante toda la gestación. La fórmula estándar de comida para gatos adultos es adecuada para la alimentación habitual, pero no contiene los nutrientes adicionales que necesita la futura mamá. Te recomendamos volver a la alimentación para gatitos desde el comienzo de la gestación hasta que los gatitos hayan sido destetados.


Alimentar a la madre con comida para gatitos favorece también a sus pequeños. No sólo significa que recibirán leche de gran calidad, sino que también ayudará a destetarlos, ya que la imitarán y probarán la comida que ella come.

Cambia la comida de tu gata lentamente, añadiendo gradualmente la fórmula para gatitos a su comida habitual durante 7-10 días hasta sustituirla por completo. Hacerlo así ayudará a evitar molestias estomacales a tu gata.

Si tu gata sigue una dieta especial por motivos de salud, o si tiene un estómago sensible, habla con tu veterinario antes de cambiar sus hábitos de alimentación.

La gestación es un período en el que tu gata sentirá más hambre que de costumbre, llegando a comer prácticamente el doble al final de su embarazo. Deberías observar un aumento constante del peso corporal de tu gata a medida que su apetito aumenta.


Lo normal es que su peso aumente aproximadamente un 40-50% durante la gestación; si ves que pierde apetito o que pierde peso, consulta a tu veterinario. La gata debería perder este exceso de peso durante el periodo de lactancia (3-4 semanas).

Aumentar el número de comidas diarias de tu gata (reduciendo un poco las raciones) la ayudará a mantenerse fuerte. También puedes dejar a su alcance comida seca para que se sirva ella misma durante todo el día y no altere tu rutina diaria.

Encontrarás más información en "La alimentación durante la gestación y la lactancia" Alimentar a una gata embarazada.

Asegurarte de que tu gata tenga acceso a agua fresca es tan importante como aumentar su ingesta de alimentos, sobre todo si sigue una dieta de comida seca. Es esencial que la futura madre beba mucho para mantenerse sana e hidratada.


Puede ser buena idea dejar un par de cuencos de agua en zonas de la casa donde suela pasar mucho tiempo, para que tenga un fácil acceso a ella.

Mimos para gata embarazada

A medida que las hormonas del embarazo comiencen a actuar, es probable que tu gata se muestre más cariñosa y demande más mimos. El amor y el cariño son fundamentales en el cuidado de una gata gestante, pero es importante recordar que a medida que su cuerpo cambie, tendrás que tratarla con mayor delicadeza.

Aunque es seguro acariciar a tu gata embarazada, ten cuidado de evitar su barriguita. Esta zona estará muy sensible y cualquier contacto puede incomodarla o hacer daño a sus gatitos. Si tienes que coger a tu gata, hazlo sosteniéndola bajo las patas, en lugar de tocar su estómago.

Vacunaciones

Lo ideal es que tu gata haya recibido todas sus vacunas antes de iniciar la gestación. Las madres sanas transmiten su inmunidad a los gatitos a través de la leche, por lo que es bueno asegurarse de que sus niveles de anticuerpos estén al máximo. Tu veterinario puede hacer un análisis de sangre para comprobar sus niveles de anticuerpos y confirmar si necesita vacunarse o no.

Recuerda que si tu gata ya está embarazada y necesita vacunarse, no será posible administrarle ciertas vacunas durante la gestación. Pregunta a tu veterinario qué vacunas son seguras tanto para la mamá como para los gatitos.

Si tu gata no está vacunada cuando tenga a los gatitos, no te preocupes. Todo debería salir bien, pero si tienes dudas, consulta a tu veterinario.

Parásitos

Como las lombrices pueden pasar de la madre a los gatitos, es importante continuar con el tratamiento de desparasitación durante todo el embarazo. También debes mantener su tratamiento para las pulgas, pero consulta a tu veterinario si el producto que utilizas es seguro para ella y para sus gatitos.

Complicaciones

Petting

Las gatas tienen la suerte de disfrutar de embarazos que suelen ser muy sencillos y sin complicaciones. Las complicaciones en la gestación de las gatas son poco frecuentes, soliendo limitarse a abortos espontáneos al principio del embarazo.

Aborto espontáneo

Si tu gata tiene un aborto espontáneo, no se alterará por ello y probablemente no te darás ni cuenta a no ser que se produzca en un punto avanzado de la gestación.

Si fuese éste el caso, lleva a tu gata al veterinario para confirmar con un chequeo que no existe riesgo de infección.

Cesárea

Aunque es poco frecuente que se produzcan problemas durante el parto, algunas veces puede ser necesario realizar una cesárea. Este caso puede darse si la madre ha sufrido un trauma pélvico previo (una fractura, por ejemplo) o si pertenece a una raza caracterizada por tener una cabeza o tamaño corporal anormalmente grandes, como es el caso de los persas.

También es posible que tu gata necesite una cesárea si, durante el parto, pasa más de una hora empujando y los gatitos no salen. En caso de que esto ocurra, pide ayuda urgentemente a tu veterinario.

 

Eclampsia

Las gatas son mucho menos propensas que las perras a presentar problemas de falta de calcio durante o después de la gestación (eclampsia).

No obstante, para asegurarte, presta atención a tu gata en caso de que muestre espasmos, nerviosismo y agitación: son síntomas de eclampsia, que pueden desembocar en convulsiones si no se tratan a tiempo.

Hacer un "nido"

Durante las dos últimas semanas de gestación, anima a tu gata a permanecer dentro de casa para asegurarte de que no tenga a los gatitos en el exterior. Puedes ayudar a tu gata a prepararse para el parto construyéndole un "nido" donde pueda descansar cómodamente, y utilizarlo durante y después del parto.

Lo ideal es una caja de cartón rellenada con papel, mantas o toallas. Asegúrate de que la caja sea lo suficientemente grande y alta para que la mamá y su camada quepan cómodamente ¡y ningún gatito aventurero pueda escaparse! Coloca el nido en un lugar agradable a temperatura ambiente para que esté cómoda.

No te sorprendas si, en el momento de parir a sus gatitos, tu gata elige un lugar diferente del nido que has preparado. Si eso ocurre, no tengas miedo de llevar a los gatitos recién nacidos al nido. En cuanto hayan nacido podrás manejarlos fácilmente: la gata no los abandonará ni los lesionará porque tú los hayas tocado. La gata puede cogerlos y llevarlos de vuelta al lugar que ha elegido ella, pero si crees que están mejor en el lugar donde tú los habías puesto, vuelve a llevarlos allí. Asegúrate de que se mantengan calentitos cuando su madre no esté con ellos: te recomendamos que uses una bolsita térmica apta para microondas en lugar de una bolsa de agua caliente, ya que podrían pincharla con los dientes o con las uñitas.