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Cómo presentar un bebé a un perro mini

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Mi perro y mi bebé

Con un poco de educación por ambos lados, perros y niños se pueden llevar a la perfección juntos. Amorosos, leales y siempre ansiosos por complacer, los perros pequeños son excelentes compañeros para cualquier niño y ayudan a formar amistades humanas con mayor facilidad. Están en sintonía con los sentimientos de un niño e incluso pueden ayudar a prevenir las alergias. Entonces, ¿qué hay que saber antes de embarcarse en esta relación de por vida? Aquí te presentamos algunas cosas a tener en cuenta sobre cómo presentar un bebé a un perro de raza pequeña.

Cómo presentar un bebé a un perro mini

Los perros son parte de la familia. Sienten intensamente los cambios en la dinámica familiar. A menudo creen que su cometido es vigilar a la manada (gatos, pájaros, humanos, lo que sea) y el hogar. Y les encanta la atención que les damos. Mucho antes de que llegue el bebé, puede que tu perro se sienta algo excluido e ignorado. Los primeros días del bebé están llenos de emociones y de cierto caos.

Hay que tenerlo muy en cuenta. Así pues, antes de la llegada del bebé, es mejor empezar a hacer algunos ajustes para el bienestar de todos. ¿Has oído eso de pasear al perro con un cochecito antes de que nazca el bebé? Bueno, pues puede que no sea tan mala idea.

1. ¿El perro se quedará?

Cuando se trata del primogénito, es muy difícil anticipar cuánto cambiará la vida al volver a casa del hospital. Por lo tanto, prever cómo interactuarán tu hijo y el perro es casi imposible. En primer lugar, piensa bien si tu perro ha adquirido alguna tendencia agresiva (ya sea por miedo o por dominio). Si es así, habrá que abordar primero este problema. Piensa cómo interactúa contigo y si hay límites que alguno de los dos ha establecido para disfrutar de la compañía del otro. Ahora, imagina a un niño revoltoso que aún tiene que aprender a acariciar bien al perro y a darle golpecitos cariñosos en la cabeza. Por ejemplo, los niños pequeños deben aprender a no besar al perro en la cara y a no apoyarse demasiado en el perro cuando intentan mantener el equilibrio al comenzar a caminar. Se pueden hacer varias cosas para mejorar la situación. Con ayuda profesional, tómate un tiempo para aprender cómo ayudar al perro a comportarse mejor. Cuando llegue el bebé, limita y supervisa la interacción entre el bebé y el perro hasta que el niño tenga la edad suficiente para entender los rasgos específicos del perro. Como último recurso, puedes plantearte buscarle un nuevo padre al perro que lo quiera tanto como tú, que esté dispuesto a asumir su responsabilidad y sea consciente —además de estar preparado— para lidiar con cualquier tendencia agresiva que pudiera tener. Sin embargo, antes de tomar decisiones drásticas para ti y tu familia, consulta al veterinario o etólogo, busca un adiestrador que tenga un enfoque positivo y lee con detenimiento tanto información impresa como en línea para dar con buenas ideas.

2. Antes del nacimiento

Es ley de vida: al estar ocupado con los preparativos para el bebé, reducirás la atención que normalmente le prestas a tu amigo peludo. No hay problema, así tendrá la oportunidad de adaptarse pronto para compartir tu atención con el pequeño. No te preocupes, no tendrás que dividir su corazón en dos; tu corazón tendrá espacio para ambos. Además, si ya estás comprando cosas para tu bebé, puedes empezar a introducir los olores del bebé en casa como polvos talco, pañales limpios, loción, champú y muebles nuevos.

3. Antes de que el bebé llegue a casa

Lleva una o dos mantitas a casa con el olor del bebé y dáselas a tu perro mini para que las disfrute.

4. Presentar el bebé a tu perro mini

Idealmente, el padre, un abuelo o un amigo debería llevarse al perro a dar un paseo energético antes de que este conozca al nuevo bebé. Bien ejercitado, estará más tranquilo. La llegada oficial del bebé a casa suele venir acompañada de muchos familiares emocionados. Si hay demasiado ajetreo en casa, tómate un tiempo y resérvate unos minutos para presentarle el bebé al perro tranquilamente. Si no, espérate un poco hasta que la casa esté un poco más tranquila. Puedes presentarlos en casa, durante un paseo o en el jardín; uno de los padres sostiene al bebé, mientras que al perro se le enseña al bebé desde cierta distancia. Acaricia y habla con el perro tranquilamente, explicándole a quién traes a casa.

5. Los primeros días de perros y niños

En los próximos días estaréis muy ajetreados. Procura tener tiempo para ti y tu perro pequeño para adaptaros a la nueva rutina. Fíjate bien en cómo reacciona el perro, si está tranquilo, si siente curiosidad por el bebé, si mueve la cola, si se acerca al bebé, le huele las sabanitas, etc. Procura que el bebé no lo le dé una patada sin querer, ya que solo hay una oportunidad de dar una buena primera impresión. No dudes en consultarlo con el veterinario para que te dé más consejos.

Beneficios para la salud del bebé

En marzo de 2017, la revista científica Nature publicó una investigación que describe los beneficios de presentar el bebé a un perro*. El estudio canadiense demostró que los bebés expuestos a mascotas (el 70 % eran perros) tenían niveles más altos de microbios beneficiosos, así como un menor riesgo de alergias a los animales y obesidad en los años posteriores. «El contacto con las mascotas puede reducir las alergias y la obesidad en el futuro», según un estudio de Hein Min Tun, veterinario y epidemiólogo microbiano de la Universidad de Alberta*.

*Nature 543, S48–S49 (30 de marzo de 2017) doi:10.1038/543S48a.

¿Cuáles son las mejores razas de perros pequeños para niños?

No es necesariamente cierto que un perro pequeño es mejor para un niño pequeño. Los perros más grandes, como los Golden Retrievers, por ejemplo, soportan las caricias torpes, los empujones y los estirones de los bebés mejor que las razas más pequeñas. Pero independientemente del tamaño del perro y su buen comportamiento con los niños, o lo bien educados que estén los niños cuando interactúan con un perro (con caricias suaves, sin empujones ni tirones), no dejes a bebés ni a niños a solas con un perro sin supervisión. Se necesita tiempo para construir esta preciosa amistad de por vida.