Hay cierta relación entre el pelaje blanco, los ojos azules y la sordera. No todos los gatos blancos de ojos azules son sordos, pero existe esa posibilidad. Las organizaciones de amigos de los gatos y el Club del Gato Khao Manee recomiendan que se hagan las pruebas pertinentes a los gatos registrados para su reproducción.
- Gato curioso y juguetón
- Gato sociable y dependiente
- Gato algo maullador
- Raza de gato esbelta y elegante
- Requiere aseo una vez por semana
- Raza alergénica
- Necesita algo de espacio al aire libre
- Puede requerir familiarización antes de vivir con niños
Personalidad
Los gatos Khao Manee son conocidos por su personalidad vibrante y encantadora que los hace destacar entre otras razas felinas. Son activos y curiosos, siempre explorando su entorno y mostrando una energía contagiosa que puede alegrar cualquier hogar. Su naturaleza extrovertida los lleva a disfrutar de la compañía humana, buscando constantemente interacción y afecto. Se comunican constantemente, con un maullido atractivo. Aunque son juguetones y activos, también les gusta tener momentos de tranquilidad y relajación, especialmente cuando están acurrucados junto a cualquier miembro de la familia, demostrando así su lado más cariñoso.
Origen
País de origen: Tailandia
Otros nombres: Gema blanca, khao plort, ojos de diamante
La khao manee (se pronuncia «cau maní») es una raza de gato poco común procedente de Tailandia y se cree que se remonta a cientos de años. Este gato, conocido también como la "gema blanca" u "ojos de diamante", ha sido venerado durante siglos en la cultura tailandesa por su belleza única y su aura de buena fortuna. Su nombre, Khao Manee, refleja su esplendor, ya que "Khao" significa "blanco" y "Manee" se traduce como "gema".
Se cree que los Khao Manee han tenido una presencia notable en la sociedad tailandesa desde tiempos inmemoriales. Históricamente, los Khao Manee eran altamente apreciados y considerados como símbolos de prosperidad y prestigio, siendo incluso criados y mantenidos en la realeza tailandesa.
La popularidad del gato Khaon Manee en la aristocracia tailandesa no solo se debía a su belleza, sino también a las creencias arraigadas en la cultura de que traían buena suerte y protección a sus hogares. Se les atribuían cualidades místicas y se los consideraba guardianes de la fortuna de sus dueños.