Si estás pensando en coger el coche para desplazarte unos días fuera de tu entorno habitual y quieres que tu compañero felino te acompañe, es conveniente que tengas en cuenta una serie de aspectos importantes que garantizarán que el viaje con tu gato sea una experiencia lo más satisfactoria posible.
Piensa que los gatos suelen ser poco amantes de los desplazamientos. Salir de su rutina puede condicionar mucho su estado anímico, y los puede predisponer a sufrir ansiedad y estrés. De ahí que sea importante que planifiques el desplazamiento con antelación, y repares en todos aquellos factores que pueden contribuir a su bienestar durante el trayecto.
En primer lugar, te recomendamos que días antes de iniciar el desplazamiento acudas a tu veterinario para informarle de vuestro plan de viaje. Él te explicará detalladamente cómo puede reaccionar tu gato durante el trayecto (mareos, vómitos, maullidos) y, si lo considera necesario, te prescribirá algún sedante ligero para felinos, o el uso de feromonas sintéticas, que deberás vaporizar dentro del coche una media hora antes de poneros en marcha.
Cómo llevar a un gato en el coche
El coche, de por sí, no es un lugar en el que los gatos se sientan seguros. Por eso es aconsejable que intentes que se familiarice con él los días previos al trayecto, realizando juntos desplazamientos cortos para que se habitúe al espacio y al movimiento.
Siempre que tu gato viaje contigo en coche, deberá hacerlo en un transportín rígido y con rejillas, dotado de un cierre seguro. Lo ideal es que acondiciones la superficie con una colchoneta o empapador que podrás adquirir en tiendas especializadas. El tamaño del transportín debe ser suficientemente grande para que tu gato puede estirarse si lo desea. Puedes colocarlo en el suelo, encajado detrás de los asientos delanteros, o bien en el asiento trasero, anclado con el cinturón de seguridad.
Si tu gato no está demasiado habituado al uso del transportín, y lo relaciona con salidas puntuales al veterinario, intenta que se acostumbre a él con antelación. Sitúa el transportín abierto en un lugar de la casa que tu gato considere seguro, introduce dentro algún juguete o snack, y deja que lo inspeccione, entrando y saliendo tanto como desee. De esta manera lo percibirá como un elemento más cercano y, en consecuencia, menos estresante.
Durante la conducción, ten presente las siguientes pautas:
- Evita dar de comer a tu gato durante el trayecto. Lo conveniente es que haya comido 3 horas antes de iniciar el desplazamiento, para evitar que vomite en caso de mareo.
- Lleva subidas las ventanas del coche, e intenta no realizar movimientos bruscos que puedan incomodarlo.
- Háblale con calma y sin alzar la voz, y si conduces con música, intenta que el volumen no sea excesivamente elevado.
- Vigila la temperatura y evita el sol. Para controlar este aspecto, es aconsejable que utilices el aire acondicionado. Vigila que la salida de aire no vaya dirigida directamente al trasportín.
- Si el trayecto es largo, realiza paradas puntuales para que tu gato se sienta más tranquilo y pueda beber agua si lo desea. Es conveniente que no lo saques del trasportín, aunque dispongas de arnés y correa. Los gatos sometidos a situaciones que no son de su agrado, pueden ser impredecibles.
- Y, sobre todo, no dejes nunca a tu gato solo dentro del coche. Este hecho, está considerado ilegal en muchas regiones de España, y es altamente peligroso para el animal, ya que el exceso de temperatura podría provocarle un golpe de calor y la muerte, en tan sólo 15 minutos.