Aunque los gatos suelen ser poco amantes de los cambios de ubicación y los trayectos, si has decidido que tu compañero felino viaje contigo, debes planificar el desplazamiento con antelación, y asegurarte de que tu gato vivirá la experiencia con el menor nivel de estrés posible.
La elección del transportín es una de las variables más importante para intentar conseguirlo, al ser éste el espacio en el que viajará durante el trayecto. En las tiendas especializadas en mascotas puedes encontrar un sinfín de modelos, de diferentes tamaños, colores, materiales y texturas, pero es conveniente que no te dejes llevar por la improvisación, y tengas en cuenta los siguientes aspectos a la hora de elegir el que vas a comprar.
1. El tamaño de tu felino y la duración del trayecto
Si tu gato es un cachorro o es de raza pequeña, y el trayecto que vais a realizar juntos no es excesivamente largo, puedes decantarte por un bolso semi rígido, con bordes sólidos y estables. Este tipo de transportín suele llevar cremallera. Pon especial atención en este aspecto. La cremallera debe ser metálica, doble, fácil de deslizar, y mantenerse bien fijada cuando se cierre.
Ahora bien, si te planteas un viaje de largo recorrido y tu gato es de tamaño mediano o grande, es recomendable que escojas un transportín rígido, con rejillas y sistema de cierre seguro. Intenta evitar aquellos que dispongan de una tapa desmontable que se encaja a presión, o se cierran por la parte delantera. En el primer caso, los nervios pueden traicionarte y dificultarte la tarea de cierre, ocasionando estrés innecesario a tu gato y a ti. En el segundo, la dificultad de introducir al animal en el interior del transportín es mayor, ya que la apertura delantera deja poco margen de actuación.
2. Garantizar el confort de tu gato
Independientemente de la opción escogida, el transportín debe permitir que tu gato se incorpore, se mueva sin dificultad, y se estire si lo desea. La ventilación es otro factor relevante. Tu gato debe poder respirar correctamente para sentirse tranquilo y seguro.
Respecto al material del transportín, inclínate por lo no porosos, así evitarás que se filtre la orina en el supuesto de que a tu gato sufra un descuido. Ten cuidado también con aquellos que cuentan con salientes de plástico, rejillas excesivamente estrechas que no faciliten la ventilación, u otros accesorios en los que tu gato pueda quedarse enganchado y sentirse incómodo o atrapado.
Coloca en la superficie del transportín una colchoneta o empapador, para que tu gato se sienta confortable, limpio y no resbale. Puedes adquirir estos elementos en cualquier establecimiento especializado en mascotas.
3. Normativa de seguridad según el transporte
El último condicionante que deberás tener en cuenta es el medio de transporte en el que vais a desplazaros. Si lo hacéis en coche, te recomendamos un transportín rígido con rejillas y cierre seguro, que deberá ir encajado detrás del asiento delantero, o bien encima del asiento trasero anclado con el cinturón de seguridad.
En el caso de que viajéis en avión, barco, autocar o tren, es conveniente que te pongas en contacto con la compañía respectiva con antelación. Ten en cuenta que, aunque existen unos parámetros generales de seguridad, cada tipo de transporte y compañía tiene su propia normativa respecto a las condiciones de viaje de las mascotas, en cuanto a tamaño del transportín, porcentaje de ventilación, y requerimientos de identificación.
Recuerda que los gatos acostumbran a asociar el uso del transportín con situaciones incómodas, como puede ser la visita al veterinario. Para minimizar este aspecto, días antes de realizar el trayecto, intenta que tu gato se familiarice con el transportín en el que va a desplazarse. Colócalo en algún lugar tranquilo de tu casa, mantenlo abierto y deja que lo inspeccione, entrando y saliendo cuantas veces quiera. Puedes incentivarlo con algún premio (snack), o introducir en su interior alguno de sus juguetes.
Por último, piensa también en las ventajas que te puede ocasionar a ti la elección del transportín. Intenta que sea fácil de limpiar, y que contenga una asa o correa fuerte que te permita transportar a tu compañero felino con facilidad, sin dañar tus hombros o espalda.